EL ULTIMO JUGUETE.
Santiago no es el mismo de cuando era niña.
En diciembre, en el centro de La Alameda, se ponía una feria navideña a la que fuimos con papá para elegir mi último juguete, pues había cumplido 12 años.
Cerca de la calle Dieciocho habían juegos, nos subimos a un carrusel . Él era muy delgado, con años suficientes para ser mi abuelo. Se encaramó sobre un caballo que subía y bajaba al ritmo de Strauss. Los niños desde abajo decían ¡mira el abuelito!, él se reía cabalgando su hermoso corcel.
Al bajar encontré un pianito de color rosado.... mi último juguete.
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